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Literatura: Las identidades femeninas.

Actualizado: 5 sept 2020

Cuando pensamos en literaturas femeninas nos viene a la mente nombres como Jane Austen, Virginia Woolf y Agatha Christie. Si pensamos en escritoras latinoamericanas automáticamente podremos decir fuerte y claro Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik o Isabel Allende. No obstante, ¿cuántas mujeres afrodescendientes hemos leído? ¿por qué no se encuentran en los currículos educativos? ¿qué sabemos de ellas?





Quienes se han dejado llevar por buenas lecturas sabrán que un libro, un poema o un cuento, puede ser un pasaporte a otros tiempos, culturas y vivencias. Una buena historia nos permite ponernos en los zapatos de un personaje, sentir lo que este o esta siente. En otras palabras, la literatura nos permite vivir, de cierto modo, experiencias que no son nuestras, sin embargo, al leerlas, entenderlas e incorporarlas en nuestra forma de ver el mundo.



La ganadora del premio Pulitzer de Ficción 1988, Toni Morrison, publicó Beloved en el año 1987. Una novela ambientada en la Guerra de Secesión y la esclavitud. Morrison nos lleva hasta las crudas circunstancias en las que una madre y su familia buscan escapar de la larga y pesada cadena de la esclavitud. Así mismo, la ganadora Premio Casa de las Américas 2015 en su libro Afuera crece un mundo nos sumerge en las haciendas latifundistas de La Nueva Granada, lo que hoy conocemos como Colombia. Alrededor de la protagonista, Nay de Gambia, se está por conseguir la abolición. Sin embargo, para ella la libertad no se consigue a través de papeles y leyes, sino retornando a su continente de origen, Africa. La

brasileña Débora Almeida en 2014 publica Siente vientos. El feminismo será negro o no será. Una obra teatral seductora que nos adentra en la mujer afrodescendiente como tal, su identidad, historia y orígenes. Almeida nos permite hacer resonar la palabra “negra” desde corporalidades llenas de colores, sonidos y experiencias.


Como vemos, estas autoras nos relatan experiencias de sus orígenes, puesto que estos nos ayudan a explicar el presente, sus coyunturas y dilemas. Por consiguiente, es necesario ponerlas sobre la mesa. Urge leerlas y de esta forma poder resignificar la historia de mujeres que son parte importante de la identidad latinoamericana.


La literatura es un medio para ampliar nuestro campo cultural, pero también para generar empatía, entender otros discursos, otras épocas y otras vidas. Permitámonos leernos entre nosotras, mujeres, ya sea afrodescendientes, inmigrantes, de otra lengua o cultura. Abramos los espacios culturales en donde otras vidas puedan ser leídas.


 


Camila Gómez Ramírez.

Chile.

Estudiante de Licenciatura en Literatura Hispanoamericana de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.



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