El efecto del Covid-19 o mejor conocido como Coronavirus, dejó innumerables cambios en nuestra sociedad. Uno de los cambios más significativos es la nueva forma para realizar nuestra actividad laboral. Hace un año, se veía poco probable que las empresas introdujera el trabajo a distancia, ya que siempre hubo un temor al poco control que supuestamente iban a perder sobre sus empleados y la creencia limitante que había sobre la productividad es igual a más horas trabajadas en el día. Lo más probable, es que existían más temores y miedos respecto a esta modalidad. Sin embargo, quedó en evidencia que el teletrabajo permite mayor flexibilidad laboral, reducir los costos para las empresas y mayor tiempo libre para los y las trabajadoras.
Trabajar en nuestro hogar genera bastante estímulos para desconcentrarse. Nuestro hogar es nuestra zona de confort más interna. Es donde dormimos, compartimos momentos íntimos, familia, amigos y pareja. Es por eso, que a muchas les puede costar concentrarse en realizar su trabajo. Acá te dejo 3 claves que te ayudarán a tener un teletrabajo efectivo.
Organizar tus actividades.
Suena muy lógico tener organizada tus actividades. Sin embargo, es el mayor problema que genera, ya que no se realiza de la manera correcta. Para realizar una organización efectiva de tus actividades para el teletrabajo, es necesario distribuir en 3 categorías tus actividades. Urgente, Importante y baja prioridad. la categoría “urgente” es aquella que debas realizar si o si durante el día y que no puede ser pospuesta. La categoría “importante “es aquella actividad que puedes realizar en menos de 48 horas. Es decir, que la puedes posponer máximo para el siguiente día. La categoría “baja prioridad” es la que puedes realizar en máximo 4 a 5 días. Te recomiendo utilizar una agenda que vayas anotando a diario tus actividades con las categorías mencionadas o si te manejas mejor con la tecnología, puedes realizarlo a través de la aplicación Trello.
Organiza el tiempo de tus actividades.
El cerebro se concentra como máximo 50 minutos en una actividad. Luego de eso, le cuesta retener el aprendizaje y más aún mantener de forma efectiva la tarea que está realizando. Por eso, es importante que cada acción que realices durante el día tenga un tiempo máximo y un horario establecidos. Puedes ayudarte con Google Calendar, celular, notificación al correo, temporizador o algún medio que te permita recordar la tarea que debes realizar y también cuando termina esa función. Sin embargo, debes tener tiempos de pausa y descanso, ya que puedes estar expuesta a condiciones de estrés tanto trabajo. Te recomiendo que en tus descansos puedas leer, escuchar música o realizar un hobby sola o con la persona que tengas más cerca.
Construye una rutina.
El poder de una rutina te ayuda a desarrollar la disciplina, la organización y una estabilidad emocional, ya que te genera estar al día en tu trabajo y en tus actividades personales. La rutina no se genera en 21 días. Este es un gran mito que muchos comparten en redes sociales o incluso venden programas. Esta creencia proviene de la mala interpretación que se dio al trabajo del Doctor Maxwell Maltz cirujano plástico, autor del famoso libro “Psycho Cybernetics” (1960). El Dr. Maltz se dio cuenta de que sus pacientes tardaban 21 días en habituarse a su nueva imagen tras una operación, o en dejar de sentir un “miembro fantasma” tras una amputación. Sirviéndose de sus observaciones y su propia experiencia, expuso una teoría que tras la publicación de su libro tuvo un enorme impacto. Pero en realidad lo que Maltz dijo es que se tardaba, como mínimo, 21 días en generar un hábito. Diversos estudios han demostrado que se demoran 66 días en construir y asociar una rutina. Te recomiendo iniciar con una rutina a la vez y concentrarte en una cosa a la vez.
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